Se desconoce el origen exacto de la lámpara de aceite, pero sí se sabe que se empleaba en Grecia durante el siglo IV a.C.
Las primeras lámparas de aceite eran recipientes fabricados con piedra, arcilla, hueso o concha, en los que se quemaba grasa de animal o aceite. Más tarde pasaron a ser depósitos parcialmente cerrados, con un pequeño agujero en el que se colocaba una mecha de lino o algodón, el combustible ascendía por capilaridad hasta el extremo de la mecha, que era por donde ardía. Este tipo de lamparilla también se llamó candil.
Algunas lámparas grandes tenían varias mechas para dar más luz.
Los esquimales aún emplean ese tipo de lámpara.
Lámpara de aceite inglesa, fabricada en latón con asa de baquelita en color negro.
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